Una fiesta popular como caldo de cultivo para la violencia y una violencia como disparador de la politización absoluta
Por Dino Cappelli
Para quienes no estamos situados en vereda política alguna, es bastante fácil de visualizar. Todo es un acto político. Cualquier acción, por mínima que sea o se considere, es política. Quizás no todo se englobe dentro de la política partidaria, pero a falta de 40 días para las elecciones municipales y departamentales, cobra ese tenor.
Los ciudadanos acarrean agua para su molino, no importa si el molino es blanco, colorado o pintado con tres colores. Las figuras políticas también, especialmente… aunque no lo acepten o lo disfracen con otras palabras. Una fiesta popular en la ciudad que gobiernas, a pocos días de un acto electoral del cual participas activamente, es un acto político.
Del mismo modo, una crítica que se expresa en redes sociales, a falta de cuatro semanas para votar, es también una acción política.
En este contexto, una fiesta popular en Plaza Gallinal con más de 1500 personas donde el alcohol era el líquido que inflamaba todo lo que allí sucedía, oficiaba como caldo de cultivo para la violencia.
Sin llegar a ubicar a la violencia social como exclusivo aditivo de los tiempos que corren –pues grescas generalizadas suceden desde la época de los dinosaurios-, en los últimos tiempos se ha exacerbado especialmente en nuestra ciudad. Alcanza a proyectarse un evento en la ciudad de Sarandí Grande y desde las ciudades vecinas se organizan excursiones. Durazno, especialmente, aporta a sus hijos más violentos. A tal punto lo son, que confesaron a este medio “nos ponemos gorros rojos para saber quienes somos, porque a lo oscuro a veces nos confundimos y nos pegamos entre nosotros”. Obviamente, droga y alcohol y adrenalina hacen lo suyo para arribar a esta conclusión.
Estos adolescentes llegan a la ciudad y prometen, desde las redes sociales, colonizar la ciudad. Como es lógico suponer, desde la sociedad anfitriona no ven con buenos ojos estos desembarcos y abonan Instagram y los grupos de Wspp prometiendo una cálida bienvenida. A tal punto, que en la noche del sábado ya se podía estimar que a la hora en que Marcos da Costa estuviera sobre el escenario, “se iba a armar”.
Al ‘Tano’ no le falta razón. La fiesta transcurrió en paz por horas. Familias enteras disfrutaron de música y gastronomía y cantina. Niños, adultos, jóvenes, todos conviviendo con alegría. “Bienvenida alegría”, fue el slogan que manejó el gobierno local para promocionar las horas de evento.
Los djs, desde Sanata a Edgar Amiahsoro, se encargaron de amenizar un evento que comenzó a las 5 de la tarde y concluyó con dos números musicales de carácter nacional, como Marca Akme y Marcos da Costa. Fue allí, a las 4.30, cuando todo se pudrió.
La fiesta, la alegría, los miles de personas conviviendo en armonía, todo derivó en un escándalo de proporciones. Golpes, corridas, botellazos, heridos, roturas de infraestructuras en la mutualista COMEF, la intervención policial y del personal de seguridad contratado especialmente para el evento.
Como siempre sucede en estos casos, alguien que no golpea ni es agredido se encarga de grabar todo y luego derivarlo a las redes sociales. Desde allí a los medios de comunicación es un minuto. Desde allí a la exagerada y deliberada amplificación de las empresas periodísticas de Montevideo, otro minuto. Aquellos colegas que no comparten el éxito que pueda alcanzar el Liceo de Capilla del Sauce al fabricar prótesis o que no difunden la alegría de una familia de Puntas de Maciel que firma sus escrituras de viviendas, luego ubica a Sarandí Grande en el mapa y le adjudica los diferentes adjetivos, violentos, inadaptados…
También a esa escala, aunque poco lo parezca, estamos asistiendo a un acto político.
La violencia derivó en heridos de consideración, en la intervención sanitaria de muchos, en la Policía deteniendo a varios de los revoltosos y en la inmediata liberación de estos por parte de la Justicia. Quizás sean los mismos que en febrero del año 2024 dispararon armas de fuego en pleno centro, en ocasión del Carnaval local. O quizás sean los que volvieron a las agresiones –siempre desde Durazno- en ocasión de las fiestas navideñas del Parque. O capaz que tienen que ver con aquellos sarandienses que en el pasado evento de Llamadas hirieron en la cabeza a Facundo Píriz (y sabido es que no eran de Durazno).
Unos y otros, de acá o de allá, no encuentran mejor forma que agredirse para cerrar la noche. Tampoco es casual que en estos episodios se repitan los nombres propios de jóvenes de la ciudad. Todos menores de edad, todos en edad de estudio y deportes, todos conscientes que no pasarán noche alguna en la seccional policial o en algún centro de reclusión.
Nuevamente allí, actos políticos.
Entonces el tema cobra vigor y opinión de todos. En las carnicerías y en los almacenes, en los chats y en los foros de las redes sociales. Cualquier espacio es apto para polemizar y opinar, total es gratis. A favor y en contra, están los que respaldan al gobernante que organizó el evento y quienes le critican. Están los que le adjudican la responsabilidad y quienes discrepan. Los que exigen mayor acción policial y los que la repelen.
Por ello sobrevino la carta abierta a la comunidad de Cayetano Stopingi, alcalde del Municipio de Sarandí Grande.
“Siempre soñamos con que en Sarandi Grande tuviéramos la oportunidad de disfrutar de eventos de nivel. Lo logramos.
En 10 años si habrán pasado eventos, diversión, bailes y risas, beneficios a instituciones, cooperativas de viviendas, y trabajo de los comercios.
Antes no pasaba.
Hoy Sarandí Grande es noticia por la viralización de un video donde jóvenes que no son de acá, violentan a otros. Y varios aprovechan la volada para señalarme como responsable, los de siempre, los indignos, los que no superan el resentimiento que les produce su propio fracaso personal y lo vuelcan en incitación al odio.
El 10% del presupuesto del evento se destinó a seguridad, coordinamos con la Polícia y habia presencia de efectivos en el lugar, prohibimos las botellas de vidrio y todo transcurrió en paz durante 9 horas 55 minutos. Los 5 minutos restantes, pasó lo que todos conocen.
Siempre se critica a quienes hacen. Hubiera sido mas fácil no soñar con un Sarandi Grande con mas movida que nunca. Quizas eso hubieran preferido los críticos eruditos de la nada misma, pero bueno, nunca les dimos el gusto.
A los gurises, no se peleen, disfruten, aprovechen los espacios que tienen para bailar, reir y vibrar que la violencia solo genera mas violencia.
Dejense de joder con las peleas y vivan la vida, que siempre hay madres, padres, amigos atrás que sufren cuando estas cosas pasan.
Ojalá este hecho sirva para controlar a los que llegan con la única intención de generar violencia, y para que como sociedad reflexionemos sobre todo lo que pasó.
Ezequiel está fuera de peligro, y nuestra comunidad tiene una pequeña heridita mas, que cicatrizará y servirá sin dudas para ser mejores. Abrazos”.
Como todo es politico, los medios de la ciudad de Florida entrevistan al candidato a intendente y le preguntan por mayores detalles. “Entiendo que es parte de una situación de violencia generalizada, pero me permito decir que no son jóvenes de Florida”, responde Stopingi.
Desde la vereda de enfrente responde Gabriela Ansolabehere, citando en primera persona al personal de salud que fuera parte del episodio de violencia.
“Minimizar te hace muy cómplice, 5 minutos que te opacaron la fiesta, 5 minutos que dejaron de hablar de la fiesta! De la cual fui parte y estuvo divina la disfruté! Pero querer minimizar lo que pasó diciendo fueron 5 minutos? En esos 5 minutos todo un equipo de salud fue agredido, no te vi solidarizándote con la la institución, 5 minutos en los cuales nos rompieron la sede… para vos Tano Stopingi fueron 5 minutos.. para nosotros fue eterno”, escribió en Facebook.
Las respuestas sobrevienen desde dirigentes políticos del sector, y así el debate gana renglones y opiniones, opinantes y críticos.
A medida que transcurran las horas, las aguas volverán a estar calmas. Los jóvenes agredidos se van a recuperar y los agresores retornarán a sus ámbitos preferidos, ya fuera en Durazno o en Sarandí Grande. En poco tiempo volveremos a tener conatos de violencia, porque es parte de una sociedad por más civilizada que esta se muestre.
Y los actos políticos continuarán, porque todo en esta vida es política. Y porque por estos tiempos, a 40 días de una elección, es política partidaria.